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Descubrir el mundo mientras el bebé gatea: beneficios y cuidados en el hogar

¡Tu peque está creciendo! Conforme han pasado los meses, la curiosidad también ha aumentado y ahora quiere moverse por todas partes y agarrar todo. Pronto caminará, pero previo a este gran momento pasará por la etapa del gateo. 

Entre los siete y ocho meses de edad, tu bebé ya será capaz de gatear, gracias a que su sistema neuromotor ya está más desarrollado. Por lo tanto, sus necesidades cambiarán. 

Permítele explorar el mundo que lo rodea por su cuenta, fomentando el gateo, una fascinante etapa que lo ayudará a llegar hasta objetos que están lejos; a que tenga una mayor percepción espacial y de las distancias; a perfeccionar la coordinación contralateral de brazos y piernas, una habilidad que resulta imprescindible para caminar y correr con velocidad y precisión más adelante; entre otros beneficios. Es muy importante que no ignores las siguientes medidas de seguridad en casa:

1.     Asegúrate de cubrir los contactos con protectores para enchufes.

2.     Quita todos los cables sueltos y evita dejar cualquier otro dispositivo conectado durante mucho tiempo.

3.     Ponle seguro a cajones de muebles y clósets.

4.     Quita adornos que se rompan con facilidad.

5.     Mantén los pisos limpios y evita que haya objetos pequeños tirados, ya que el bebé puede meterlos en su boca, oído o nariz. 

6.     Evita colocar manteles o telas muy largas.

7.     Guarda muebles o accesorios puntiagudos o filosos.

8.     Verifica que los seguros de puertas y ventanas estén en buen estado.

9.     Coloca puertas protectoras en las escaleras y salidas al patio o jardín.

CONSEJOS PARA ESTIMULARLO

Para algunos bebés el gateo se da de forma natural, pero otros requieren mayor estímulo para lograrlo. Si es tu caso, te compartimos algunas ideas que seguro le servirán a tu hijo:

• Masajea con mucho cuidado su espalda para contribuir a su arqueamiento y que su cuerpo adquiera fuerza.
• Coloca sus juguetes en sitios estratégicos de la casa y motívalo a ir por ellos. 
• Ponlo boca arriba y acerca tus dedos a su manita para que se sujete, levántalo lentamente y vuelve a acostarlo.
• Flexiona sus piernas hacia el estómago. Repite varias veces al día.
• Toma sus brazos y ayúdalo a hacer círculos. 

Recuerda no presionarlo. Si tu bebé no quiere gatear, no debes obligarlo. Él tiene sus ritmos y estilos para lograrlo.

SU PAÑAL ES SU MEJOR ALIADO

En estos momentos de nuevos descubrimientos y pequeños pasos hacia su independencia, no olvides “equiparlo” con un buen pañal, para que nada lo frene en sus nuevas exploraciones, como el de KleenBebé® Suavelastic® Grande, que contiene ingredientes naturales en su exclusiva Fórmula Vitta E Plus, como manzanilla, aloe vera y vitamina E, además de que está enriquecida con óxido de zinc y es el único que tiene cuatro puntos de agarre para evitar que se cuelgue o se deforme, ¡toda una innovación! Y claro, lo mantiene seco por mucho más tiempo, gracias a su nuevo BLOCKGEL 4D. 

La etapa del gateo es sinónimo de aventura. Mejor aún si la lleva a cabo con un pañal que proteja su piel de irritaciones y que cuente con certificaciones internacionales que lo avalen, como DERMATEST.

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XDESARROLLOX

Juegos para superar sus miedos

Trucos para transformar los “monstruos” en amigos y el temor en aventura.

> El niño empieza a sentir miedo desde los primeros meses. A menudo, se trata de temores absolutamente normales que se superan con el tiempo a medida que el pequeño adquiere una mayor conciencia de lo que lo rodea, así como más seguridad. ¿Cómo puedes ayudarlo? Consolándolo, escuchándolo y demostrando comprensión por sus miedos, aunque también existen juegos que lo ayudarán.

MIEDO A QUEDARSE SOLO (de 6 a 12 meses)
> El juego del cucú es un juego muy sencillo que ayuda al niño a habituarse a la idea de que, aunque no te vea, no significa que lo hayas abandonado. Mientras el niño está sentado en la silla o en brazos de papá, escóndete detrás del sillón y vuelve a aparecer en unos segundos, sonriendo y diciendo ‘cucú’.

> El miedo al abandono se manifiesta también a través del temor a dormirse. Inventa un ritual que lo ayude a calmarse y relajarse, como el “recorrido de las buenas noches”. Debe durar una media hora y se ha de efectuar en su habitación. Empieza mimando al pequeño entre tus brazos al tiempo que le cantas una breve canción de cuna. Mientras tanto, acércate a sus juguetes preferidos y, uno por uno, dales las buenas noches a todos (si el bebé se despierta por la noche, reconocerá los juguetes que ha visto antes de dormirse y se tranquilizará). A continuación, empieza a acunarlo, apoyando su cabeza en tu brazo izquierdo: el perfume de tu piel y el balanceo, unidos al latido de tu corazón, favorecerán el sueño.

MIEDO A LOS DESCONOCIDOS (de 8 a 12 meses)
> Para ayudarlo a superar este miedo puede ser muy útil el juego de recibir a los invitados: es muy importante que, dentro de casa, el niño respire siempre un ambiente de apertura hacia los demás. Dedica media hora al día a las visitas de familiares y amigos, pero hazlo con dulzura y de forma gradual, con una persona cada vez. Recibe a los invitados con el niño en brazos, abriendo la puerta con él, pero si el pequeño llora o siente miedo, no insistas. Con un poco de paciencia, la situación se solucionará sola; probablemente, a partir del año.

XNUTRICIÓNX

Pescado: cómo introducirlo en su dieta

Alrededor de los nueve meses se introduce el pescado en la dieta del niño. Pero, ¿cómo hacerlo y qué requisitos debe cumplir?

CUÁNDO OFRECÉRSELO AL NIÑO
En la actualidad, diversos estudios han demostrado que introducir el pescado en la dieta del niño alrededor de los ocho meses permite, incluso, reducir el riesgo de alergia.

> Naturalmente, hay que tener en cuenta la capacidad digestiva aún reducida del pequeño, por lo que las papillas comerciales constituyen una buena opción para un inicio suave. A los nueve meses, se puede pasar al pescado fresco (o congelado), empezando por los pescados blancos más magros, como el lenguado o la merluza. En torno a los 18 meses, se puede introducir el pescado azul.

RICOS EN OMEGA 3
> Lo que diferencia claramente al pescado de otros alimentos proteicos, como la carne o los huevos es, sobre todo, la composición de su materia grasa. Es un tipo de grasa rica en ácidos grasos Omega 3, definidos como esenciales, porque el organismo humano no puede producirlos de forma autónoma y deben introducirse a través de los alimentos.

> Los Omega 3 deben estar presentes en la dieta diaria y tienen múltiples propiedades. Los primeros estudios sobre estas sustancias evidenciaron su acción protectora del corazón y del sistema circulatorio; no obstante, estudios posteriores han demostrado que sus beneficios no acaban ahí.

CÓMO ELEGIRLO
Asegurarse de la frescura no es difícil, sólo hay que prestar atención a algunos detalles antes de adquirirlo.

> La consistencia de la carne del pescado debe ser firme y elástica. Se comprueba apoyando un dedo y presionando ligeramente: la huella debe desaparecer casi instantáneamente.

> El ojo debe presentarse vivo, brillante y redondeado hacia el exterior. No debe estar aplastado ni hundido.

> La piel debe ser brillante y tersa, con las escamas bien adheridas al cuerpo aunque se pase el dedo a “contraescama”. Asimismo, en el pescado muy fresco, toda la superficie del cuerpo está recubierta de una fina película de mucosidad traslúcida.

> Las branquias deben presentarse rosadas o rojas, cerradas e inmersas en un moco transparente.

> El vientre es la parte que primero se resiente de las posibles alteraciones, hinchándose o presentando flacidez. Debe estar turgente, íntegro y elástico.

> El pescado fresco huele a mar: a salitre, suave y no desagradable.

> Las aletas y la cola no deben estar rotas.

EAG

 

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XSALUDX

Cómo detectar el astigmatismo

Este defecto de la visión puede aparecer durante los primeros meses. ¿Cómo identificarlo y de qué manera puede corregirse?

> El astigmatismo es un defecto de enfoque del ojo que se debe a la conformación de la córnea (la membrana transparente que reviste la parte anterior del globo ocular). En un ojo normal, la córnea tiene forma simétrica y esférica, mientras que, en un ojo astigmático, la córnea es asimétrica, parecida a un huevo. La imagen se forma al mismo tiempo delante y detrás de la retina, por lo que la persona astigmática ve los objetos desenfocados y deformados en altura o anchura.

El astigmatismo permanece casi invariable a lo largo de los años: no mejora ni empeora. Un astigmatismo mínimo, equivalente a media o a una dioptría, se considera fisiológico y, en general, no necesita corrección.

CÓMO IDENTIFICARLO
> El astigmatismo puede manifestarse desde los primeros meses; la corrección del defecto requiere lentes, aunque no se aconseja ponérselos al niño hasta pasado el primer año. Normalmente, es el oftalmólogo quien hace el diagnóstico de astigmatismo; sin embargo, los padres pueden detectar algunos síntomas que se consideran señales de alarma, sobre todo, si se producen de forma frecuente:
1. El pequeño tuerce la cabeza, es decir, adopta una posición anómala cuando se fija en alguna cosa.
2. Se acerca demasiado a la televisión.
3. Cuando pinta, se sale del contorno de las figuras.
4. Se queja a menudo de dolor de ojos o de cabeza.
5. Con frecuencia, tiene el borde de los párpados enrojecidos.

QUÉ HACER
> En caso de duda, es mejor llevar al niño al especialista, sobre todo si uno o ambos padres, o bien algún pariente cercano, son portadores de esta anomalía o de otros trastornos que puedan acompañar al astigmatismo; por ejemplo, la miopía y la hipermetropía. De todos modos, no se puede hacer nada para prevenir la aparición de defectos de la visión.

CÓMO SE CORRIGE
> Las formas más graves de astigmatismo (1.5-2 dioptrías en adelante) se corrigen con lentes, principalmente, con lentes de forma cilíndrica, tanto cóncavos como convexos. Los lentes se pueden llevar, si es necesario, a partir del año. También se pueden corregir con lentes de contacto y, quizás, con una intervención quirúrgica. Es importante poner remedio a este defecto lo antes posible, porque la visión deformada de los objetos influye negativamente en la percepción y puede provocar una ambliopía, también conocida como “ojo vago”. La ambliopía se puede evitar tapando el ojo sano con un parche o mediante otras estimulaciones visuales.

XPSICOLOGÍAX

Se chupa el dedo: ¿cómo actuar?

Es un comportamiento muy frecuente en los niños: los relaja y tranquiliza. Pero, si es constante y se prolonga, es preciso intervenir. ¿Cómo?

> Los dentistas coinciden en considerar que, si esta costumbre se prolonga hasta después de los tres o cuatro años, puede existir un peligro real de que la cavidad oral se deforme, con efectos negativos en la dentición. Entonces, ¿cómo debemos actuar?

NO A LOS MÉTODOS PUNITIVOS
> El “impulso oral” del niño no debe reprimirse, ni siquiera si se prolonga más allá del período del destete. Esta etapa, que indica un profundo cambio, alimenticio y psicológico, comporta una comprensible dosis de ansiedad. El niño siente curiosidad por los nuevos alimentos, pero, al mismo tiempo, todavía quiere sentirse alejado de ellos y recuperar la intimidad del contacto piel con piel con su mamá en el momento de la toma.

> El niño que se succiona el pulgar, los otros dedos o parte de la mano cerrada lo hace independientemente de la sensación de hambre. En su imaginario, es como si reviviera el contacto satisfactorio y tranquilizador con el pecho materno.

NUEVOS ESTÍMULOS
No se puede pensar en eliminar la succión del dedo en el niño sin sustituir de algún modo este hábito consolador. 

> El secreto puede estar en recurrir a objetos “paliativos”o “transicionales”, como una mantita. Asimismo, antes de ir a dormir, se puede realizar un ritual compartido: por ejemplo, se le puede leer un cuento, que lo incluya y relaje.

> Los niños que tienen la costumbre de chuparse el dedo suelen buscar ternura. En este caso, se le puede decir: “Chuparse el dedo no sirve de nada. Aquí está mamá para mimarte”. En definitiva, es bueno acostumbrarse a ponerle nombre a sus necesidades más profundas.

> La costumbre de chuparse el dedo también refleja la tendencia a concentrarse mucho en sí mismo, mientras que el niño necesita desplazar su interés cada vez más hacia el exterior. Será importante ofrecerle nuevos estímulos, involucrándolo en actividades manuales y creativas, útiles no sólo para distraerlo, sino también para desarrollar gradualmente su interacción con el ambiente.

> Si el niño recibe de los papás un apoyo positivo para sus ganas de crecer, abandonará sus viejas costumbres más fácilmente. Por ejemplo, si el pequeño ayuda a la mamá a recoger su habitación, gracias a los resultados obtenidos (que le permiten sentirse “mayor”), no tendrá siempre la necesidad de recurrir a la succión del dedo para autogratificarse.

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